«El niño que llega a algo por su propio medio adquiere conocimientos de otra naturaleza del que recibe la solución totalmente elaborada.» Emmi Pikler
El otro día contaba mi experiencia en la escuela tradicional y como me llevó a acabar descubriendo las pedagogías alternativas, que cambiaron mi vida. Entre todo lo nuevo que fui descubriendo, hubo algo que me conquistó y que a día de hoy me parece importante y necesario para cualquier papá, pediatra o profesional de la educación infantil. Es Pikler o el movimiento libre.
Emmi Pikler fue una pediatra que trabajó durante muchos años en Budapest con niños sin hogar. En el orfanato pudo estudiar el movimiento de los bebés y su desarrollo en libertad, sin intervención adulta. Y de esos estudios nace lo que hoy llamamos movimiento libre, y que por desgracia tantos profesionales aún desconocen.
Pikler dice que la posición de la que parten los bebés es boca arriba. De ahí aprenderán a darse la vuelta, después reptarán, para más tarde gatear, sentarse, ponerse de pie y andar. Parece sencillo y obvio, pero la realidad es que hoy en día hay muchos niños, muchísimos diría yo, que no gatean, que no reptan y que se pierden una gran cantidad de aprendizajes en su desarrollo motor. Esto ocurre por varias razones.
Desde la desinformación que existe aún hoy, en muchas consultas pediátricas se insiste en poner a los bebés boca abajo cuando son muy pequeñitos, con intención de que fortalezcan el cuello, una postura que no les suele gustar nada, ya que no suelen estar preparados. También se mira como un logro cuando el bebé se sienta con apoyo, cosa que hace que muchísimos adultos sienten a los bebés cuando sus espaldas aún no están preparadas.
¿Y qué ocurre cuando les sentamos? Lo primero aclarar que no es bueno porque forzamos su columna que evidentemente no está preparada, cosa que vemos claramente porque se caen para los lados y hacia atrás. Lo segundo es que como no es una postura a la que han llegado por ellos mismos, lo que suele ocurrir cuando empiezan a gatear, no pueden salir de ella. Un niño que se ha aprendido a sentar, sabe volverse a tirar al suelo a gatear o reptar. Un niño al que se le sienta se queda bloqueado, no puede moverse, depende de nosotros para cambiar de postura por lo que se pierden un montón de movimientos, pasando muchas veces directamente a andar desde la postura sentado, hasta “culear”, moverse arrastrando el culo desde la posición sentado. En las escuelas y muchas familias que desconocen esto, sientan a los bebés alrededor de los seis meses y ahí se pasan jugando los niños mucho tiempo. Pikler en sus estudios demostró que el niño es movimiento y que cambia de postura muchísimas veces. Estar en la misma postura jugando para un bebé es completamente antinatural. Pero claro, no pueden hacer otra cosa, porque no pueden salir de esa posición.
Además pasa otra cosa, si sentamos a un niño a jugar sentado, obviamente rechazará que le tumbes. La visión en vertical les gusta más, entonces ya no quieren estar jugando boca arriba ni boca abajo, ni reptar, que es lo que les toca por su edad. Y esto puede hacer que se pierdan todo lo demás.
Lo mismo ocurre con ponerlos de pie. Si lo pongo de pie agarrado a un mueble antes de que él lo haya logrado, lo primero es que estoy forzando sus piernas que no están preparadas, y lo segundo es que se quedará ahí sin poder moverse hasta que alguien lo cambie de postura. En cambio si él logro arrodillarse y ponerse de pie, aprenderá también a bajar.
Igualmente ocurre con el andar. A los niños no hay que enseñarles a andar. Lo harán cuando estén preparados. Dar las manos a los bebés en alto para que den pasitos, además de que es fulminante para nuestras espaldas, no les enseña a andar bien, no es desde su iniciativa cuando están preparados, dependen de nosotros para desplazarse y además pasa igual que con lo de sentarlos, si lo hacemos pueden después rechazar gatear y solo querer que les lleves andando tú.
En el instituto Pikler, el cien por cien de los niños gateaban. En libertad, con posibilidad de movimiento y sin intervención adulta los niños gatean y hacen todas las posiciones por ellos mismos, antes o después. Así que por favor, ¡no sentéis a los bebés!
Buen articulo!Pero.que pasa si al bebe desde el principio no le gusta estar boca arriba?No todos los bebes son iguales y conozco a mas familias que como al mio nunca les gusto ni tan siquiera dormir boca arriba desde el nacimiento…Hay que mirar el respeto hacia tanto la libertad de movimiento como la libertad de lo que les guste y no forzar tampoco si no se sienten comodos tumbados boca arriba…El porteo, el masaje Shantala y crianza natural han hecho que mi bebe enseguida se pusiera a gatear, se sentara y ahora se esta agarrando por si mismo a personas y a muebles poniendose de pie muy estirado con 7 meses recien cumplidos…Bajo mi experiencia y el de millones de niños que se crian de forma diferente en otros paises, al dejarles en general tumbados o en los carritos, se pierden un mundo lleno de estimulos durante los primeros meses de vida…Esa estimulacion de sus sentidos e inteligencia queda desaprovechada…Lo siento pero habria que puntualizar en esto, porque se dice muchas veces lo que no hacer como no sentar a los bebes, pero no lo que si deberias hacer…Para tu siguiente post 🙂
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Hola, como dices, cada bebé es un mundo y de lo que se trata es de respetar a cada uno en sus necesidades y también en sus gustos. Es cierto que los primeros meses casi a ninguno les gusta estar boca arriba. al principio son un par de minutos, no más, pero si les suele ir gustando cada vez más. Pero está claro, que cada niño es diferente. De todas formas creo que el estar tumbado no tiene por qué impedir el porteo ni perderse el mundo. Puede hacerse todo! Gracias por tus consejos, me lo apunto! un saludo!
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